¿Qué es el 6G?

La tecnología 6G tendrá una velocidad de descarga de 1.000Gbp/s, frente a los 600Mbp/s del 5G.

Si bien gran parte del planeta aún se pregunta cuánto tardará en obtener las redes 5G, y qué podría significar para su vida y economía, un grupo de investigadores de telecomunicaciones ya está mirando hacia el futuro y valorando lo que viene después: el 6G.

Está claro que el estándar 4G LTE actual dominará durante varios años más, ya que los operadores de telecomunicaciones intentarán recuperar sus enormes inversiones en esa infraestructura. Mientras tanto, los operadores están procediendo con cautela con 5G. El despliegue de 5G será mucho más costoso que el 4G debido a las cortas distancias a las que pueden viajar las señales y la necesidad de una mayor densidad de equipos para transmitir las señales.

Cuando la tecnología 5G se convierta en la red dominante (recordemos que la red 5G comenzará a ser un estándar a finales de 2019 y durante 2020), será el salto más grande desde la evolución de las redes 2G a 3G. El 5G no solo promete velocidades teóricas de 20 Gbps en comparación con la máxima teórica de 1 Gbps para 4G, sino que no tiene latencia y admite una mayor densidad de conexiones en un área más pequeña. Se promoverá como solución para habilitar ciudades inteligentes, fábricas inteligentes, vehículos autónomos, transmisión de realidad virtual sin ataduras y más.

¿Qué es el 6G y por qué lo necesitamos?

El IMT-2020 (5G), equipo dedicado a desarrollar sistemas de telecomunicaciones móvilesinternacionales, ya está trabajando -desde que empezó 2019- en colaboración con Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea, en la tecnología 6G.

El 6G podrá alcanzar una velocidad de descarga de hasta 1 TB por segundo y podría cubrir la comunicación bajo el agua. Para empezar. ¿Qué más tiene que ofrecer 6G? La gran respuesta es: Inteligencia Artificial. La IA será el factor clave en el desarrollo de esta tecnología.

Permitirá a los sistemas inteligentes resolver tareas arduas sobre la marcha. Por lo tanto, aumentará considerablemente su fiabilidad y eficiencia.

Por poner un ejemplo, consideremos el ejemplo de los vehículos autónomos. Su número aumenta constantemente, de ahí que en el futuro, estos coches deban ser alimentados con datos sobre su posición y la posición de los vehículos cercanos con una latencia de menos de un milisegundo. Además, en una intersección concurrida donde habrá cientos de vehículos a los que les llegan datos simultáneamente, la información debe ser consistente y ultra rápida para que el sistema funcione de manera eficiente.

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